Cosas que merecía... O creía merecer. Olas que me revolcaron. Estos ciclos que no terminan, me vuelven a sumergir y a mostrar el sol. No encuentro el cierre. No te voy a hablar porque quiero respetarte y porque de mí ya perdí todo el respeto. Además tú ya no estás, te fuiste lejos... lejos. No entiendo cómo pude llegar a este punto en el que escondo un grito bajo este silencio de guerra. Ya ni siquiera escribirte a ti. Escribir a la nada para desahogarme. Y contarme cuentos de que todo está bien, que la vida continúa. Y claro que continúa mientras me arrastra. Cada día veo pasar tu recuerdo, un poco más pálido que la noche anterior. Pero a ratos se incendia en una flama cegadora.
No tuviste compasión para terminar bien las cosas. Eso, destruye vidas.
No tuviste compasión para terminar bien las cosas. Eso, destruye vidas.
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